viernes, 8 de octubre de 2010

Estudios - La Ciudad frente a Napoleón


Ya está a la venta y publicado por la Diputación de Salamanca el volumen de estudios que acompaña al catálogo de la exposición "La Ciudad frente a Napoleón" que hasta el 12 de diciembre se puede visitar en Ciudad Rodrigo. Los dos volúmenes se venden juntos en la tienda de la exposición por 25 euros.

Gracias al Servicio de Publicaciones de la Diputación por no cometer la catetada que han cometido las instituciones mirobrigenses al colocar sus logotipos en la portada del catálogo, y no en la contraportada, que es lo que se debe hacer si se tiene un mínimo de criterio profesional a la hora de editar.

Los estudios que contiene son: 

Proyectos y obras de fortificación. Siglos XVI al XX. Las defensas de Ciudad Rodrigo y la Guerra de la Independencia. Juan Tomás Muñoz Garzón. 

La Guerra de la Independencia en Salamanca. Mariano Esteban de Vega. 

Las armas de las guerras napoleónicas. Françesc Pintado i Simó.

La fortificación de Ciudad Rodrigo en la Guerra de la Independencia. Ángel de Luis Calabuig.

La Junta de Armamento y Defensa de Ciudad Rodrigo. Tomás Domínguez Cid. 

El mariscal Masséna y el Sitio de Ciudad Rodrigo. Donald D. Horward.

Vinculaciones de Portugal con Ciudad Rodrigo en la Guerra Peninsular durante la invasión de Masséna. Antonio Pedro Vicente. 

De Ciudad Rodrigo a las Líneas de Torres Vedras. Carlos Guardado da Silva y Rui Nunes Brás. 

Esos extraños aliados: historias del ejército británico a su paso por la tierra de Ciudad Rodrigo. Miguel Ángel Martín Mas. 

Remembranza de una asedio: Wellington, el castillo de Burgos y uan canción. Óscar Raúl Melgosa Oter. 

La música en la Guerra de la Independencia. Josefa Montero García. 

Reformas urbanísticas tras la Guerra de la Independencia. María Paz de Salazar y Acha.

Las conmemoraciones del sitio de 1810. Tomás Domínguez Cid.
Hallazgos y tesorillos aparecidos en Ciudad Rodrigo relacionados con la Guerra de la Independencia. Carlos García Medina. 

El anillo verde. Juan Carlos Zamarreño Domínguez. 

Reminiscencias de la Guerra de la Independencia en la cultura tradicional de la tierra de Ciudad Rodrigo. José Ramón Cid Cebrián.


Estirando las piernas

Tras tantas ponencias y comunicaciones, por fin llegó la hora de poder estirar las piernas, así que el profesor Esdaile y yo nos escapamos en un rato libre a dar una vuelta por los campos de batalla de Fuentes de Oñoro y del puente del Côa. 

Por cierto, en este último lugar se ha colocado un monumento conmemorativo del combate librado allí el 24 de julio de 1810 entre la División Ligera de Craufurd y las tropas del mariscal Ney. 

jueves, 7 de octubre de 2010

Forward with Horward


"Forward with Horward" (Adelante con Horward) fue la frase con la que se dio paso a la conferencia del profesor Donald Horward durante el congreso sobre la Guerra de la Independencia que se ha venido celebrando esta semana en Ciudad Rodrigo.
En la mesa se encuentran en ese momento, de izquierda a derecha: Donald Horward, Charles Esdaile y David Gates.
Grandísimo profesional y mejor persona, Donald Horward no defraudó, cautivándonos a todos con su narración del sitio de Ciudad Rodrigo de 1810 y con su bonhomía.

La Huella de "La Francesada"

lunes, 4 de octubre de 2010

La Defensa Heroica

"La Defensa Heroica" es un intenso y erudito monólogo escrito por Santiago Corchete e interpretado por Lauren Risueño. La puesta en escena está a cargo de Contracorriente Producciones.

Se estrenó el pasado sábado 7 de marzo en el Teatro Nuevo de Ciudad Rodrigo, y fue una pena que no pudiera ir a verla, pero el caso es que estoy metido hasta las trancas en la traducción del libro
Napoleon's Wars de Charles Esdaile y no me queda tiempo para otra cosa.

De todas formas, no me perderé la próxima representación. Conozco la obra, ya que le proporcioné cierto asesoramiento histórico al autor y Lauren es un tipo estupendo con muchas ganas de trabajar y de divulgar la historia de Ciudad Rodrigo durante la Guerra de la Independencia. Seguro que les va a ir muy bien con esta iniciativa.

SINOPSIS

Juan, labrador tradicional asentado en la socampana mirobrigense, tras la violación de sus esposa, cometida por tres soldados franceses, y henchido de amor a la patria, se alista como voluntario para defender Ciudad Rodrigo de la invasión del ejército francés. Presta sus servicios como ayudante de intendencia, lo que le facilita una información privilegiada acerca de muchos pormenores y entresijos del sitio, asedio y posterior asalto de la plaza fortificada, así como le proporciona un excelente observatorio para conocer de cerca y en directo el desarrollo de bélico de la contienda y el comportamiento intramuros de la heroica población mirobrigense.

Consumada la derrota militar (1810), Juan es deportado a Francia con otros 2.500 prisioneros de la plaza, permaneciendo embarazada su esposa y sin apenas medios materiales para garantizar su supervivencia.

domingo, 3 de octubre de 2010

Memoria grabada para olvidar


Este Blog contiene una etiqueta con el nombre "La Memoria grabada", dentro de la cual he intentado, a lo largo de ya hace un par de años, recopilar las estampas de la Guerra de la Independencia en la provincia de Salamanca que conocía y hacer unos cuantos comentarios sobre las mismas. 
A día de hoy puedo deciros que algunas de las entradas de esa etiqueta han quedado obsoletas y, en algunos casos, en evidencia, como por ejemplo ocurre en el grabado de Ciudad Rodrigo que vuelvo a reproducir en esta entrada. 
Las montañas que se ven al fondo no son la Sierra de Gata, como escribí yo en su día (2 de noviembre de 2009), sino las estribaciones de la Sierra de Francia, destacando el Monte de la Hastiala. 
¿Y todo esto gracias a quién y a qué? Pues a José Ramón Cid Cebrián y a la magnífica y recentísima publicación del catálogo de la exposición "La Ciudad frente a Napoleón. Bicentenario del Sitio de Ciudad Rodrigo" (pág. 105). Haceos con un ejemplar, es una maravilla, en la entrada anterior tenéis toda la información al respecto. Ese catálogo, además, contiene todo un tratado de armamento de la época a cargo de Françesc Pintado que merece todos los elogios. 
Por otro lado, no dejéis de compraros Estampas de la Guerra de la Independencia en la provincia de Salamanca, del hispanista Conrad Kent, una completísima recopilación y un profundo trabajo de investigación con el que estoy aprendiendo mucho al respecto del contexto artístico, político y social en el que se produjeron esas estampas. Lamentablemente, no dispongo de una mejor imagen de la portada de este libro, que es una auténtica edición de lujo de tal tamaño que no entra en mi escáner doméstico.


Catálogo de la Exposición "La Ciudad frente a Napoleón"

Catálogo de lujo para que la muestra del Bicentenario perdure en el tiempo
mondrián / david rodríguez
http://www.tribuna.net/

La alabada exposición sobre el Bicentenario del Sitio de Ciudad Rodrigo La ciudad frente a Napoleón, organizada por el Ayuntamiento, tiene desde ayer un catálogo a su altura. Han tenido que pasar algo más de cuatro meses para que el ejemplar estuviera listo, pero después de varias dificultades, principalmente económicas, por fin ha visto la luz. Ayer se presentaba de forma oficial en el salón de sesiones del Ayuntamiento, con la presencia del alcalde de Ciudad Rodrigo, Javier Iglesias, de varios miembros de la Corporación municipal, de Gonzalo González, presidente de Adecocir, y de los que han creado esta obra de arte, liderados por José Ramón Cid Cebrián, comisario de la exposición, Françesc Pintado, asesor de la misma, y Manuel Delgado Sánchez-Arjona, ideólogo de este formato de catálogo.

Se trata de un volumen de 350 páginas en el que aparecen todas y cada una de las 600 piezas que conforman la muestra, en el mismo orden que en el palacio de Los Águila, en un esfuerzo titánico, “casi proeza”, según Cid Cebrián, pero “necesario para que no quedara amputado“. Así, aunque la exposición es algo efímero (acabará el 12 de diciembre), permanecerá de forma íntegra en el tiempo. Javier Iglesias lo califica “de cinco estrellas, como la exposición”, y “una de las ediciones culturales más importantes editada en nuestra ciudad“.

Si este volumen ve la luz es gracias a la participación desinteresada de numerosos mirobrigenses, ya que todas las fotografías y textos han sido colaboraciones gratuitas. En materia de imágenes han participado todas las casas fotográficas de Miróbriga, además de instituciones a las que pertenecen las piezas de la muestra. Mientras, en la elaboración de los textos, y las fichas de cada pieza han colaborado de forma especial los miembros del Centro de Estudios Mirobrigenses, como Ángel Luis Calabuig, Carlos García Medina, Françesc Pintado, José Ignacio Martín Benito, José Ramón Cid Cebrián, María Ángeles Azqueta, Miguel Ángel García, Miguel Ángel Martín Más, Manuel Delgado Sánchez-Arjona, Pilar Magadán Chao, y Tomás Domínguez Cid. El libro incluye una colaboración de Marqués de Douro, heredero del ducado de Wellington y Ciudad Rodrigo.

Lo único que se ha pagado es su impresión, y como el resto del catálogo, ha sido “made in la comarca de Ciudad Rodrigo”, como decía ayer en la presentación Gonzalo González, de Adecocir.

En total, la inversión ha sido de 18.000 euros, sufragados el 80% por la asociación para el desarrollo de la comarca de Ciudad Rodrigo, Adecocir, y el 20% restante por el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo. En un principio el catálogo iba a ser pagado por la Diputación de Salamanca, pero finalmente, esta institución ha editado una compilación de estudios anexa al catálogo, que se presentará mañana también en el salón de sesiones del Ayuntamiento. Al financiarse el catálogo con fondos Leadercal, no se puede poner a la venta de forma independiente. Pero lo que va a hacer el Ayuntamiento es vender la compilación de estudios de la Diputación, y de regalo adjuntar este catálogo. De momento, la tirada inicial del volumen es de 1.600 ejemplares.

Con la presentación ayer del catálogo, y el lunes de la compilación de estudios, la exposición podrá perdurar en el tiempo. Así, además, los asistentes al congreso internacional La Guerra de la Independencia en el Valle del Duero: los asedios de Ciudad Rodrigo y Almeida, que arrancará el martes, podrán llevarse un recuerdo físico de la muestra, que ya superado los veinte mil visitantes.

Estampas de la Guerra de la Independencia en la provincia de Salamanca

Una exquisita edición de la obra ’Estampas de la Guerra de la Independencia en la provincia de Salamanca’, del hispanista Conrad Kent, es una nueva contribución de la Diputación de Salamanca a los actos conmemorativos del Bicentenario



El nuevo título ’Estampas de la Guerra de la Independencia en la provincia de Salamanca’, de la colección ‘Fuera de Serie’, se presenta en el marco del Bicentenario de la Guerra Peninsular, como “una aportación importante a la conmoración”, asegura la presidenta de la Diputación, Isabel Jiménez. El autor, Conrad Kent, reconocido hispanista, aporta ángulos nuevos para el conocimiento de este hecho histórico, a través de la huella gráfica de grabados y mapas, que tuvo sucesos y escenarios de gran importancia en la provincia de Salamanca, como pueden ser Ciudad Rodrigo, Fuentes de Oñoro, Arapiles, Tamames, Alba de Tormes o Salamanca.

El director del Instituto de las Identidades, apuntó su director, Juan Francisco Blanco, “ha apostado en esta publicación por el rigor en la investigación, el uso de materiales gráficos inéditos y el minucioso análisis de éstos, para el mejor conocimiento de una de las páginas de nuestra historia, la popularmente conocida como ‘francesada’, que más profundamente ha determinado la identidad de nuestra provincia, de manera particular en algunas de sus poblaciones”.

Conrad Kent, en una interesante intervención, esbozó el trabajo que ahora edita la Diputación de Salamanca, organizado su contenido en nueve capítulos acompañados de 156 estampas, dibujos, mapas y planos, algunos de ellos inéditos y nunca antes reunidos en una publicación similar.

Kent explicó que “la Guerra de la Independencia (1808-1814) se ha convertido hoy en un espectáculo vistoso, con recreaciones de batallas y conmemoraciones de lugares y personajes históricos. Pero, en su bicentenario, la visión de aquella guerra sigue siendo confusa en algunos aspectos. Mientras los investigadores rastrean los archivos y los relatos de los militares para determinar el número exacto y la identidad precisa de brigadas, regimientos y batallones, las imágenes se acumulan sin un criterio fijo. Pequeñas viñetas de la prensa de finales del siglo XIX se mezclan con estampas grabadas durante los años de la contienda, y litografías de los campos de batalla aparecen en estudios críticos al lado de mapas y planos de diferentes épocas”.

“En este caos actual -apunta Conrad Kent-, por lo que se refiere a las imágenes, se explica en parte por el hecho de que la Guerra de la Independencia fue el último gran acontecimiento militar europeo no documentado por la fotografía”.

Esta edición no pretende ilustrar la historia de la guerra, sino explicar la función de la imagen dentro del contexto en el que fue creada. Las estampas recogidas muestran su propia coherencia como expresión de los valores y fórmulas estéticas del momento, según Paco Blanco.

De la obra se han editado 1.000 ejemplares, a distribuir en librerías de toda España y Europa, y sale al público al precio de 40 euros (IVA incluido) con encuadernación de tapa dura de tela y 252 páginas con formato 31,5x29,5 cm.


Noticia extraída del diario digital www.salamanca24horas.com
Autor: Luis Falcón

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Castillo de Burgos - obelisco conmemorativo


Artículo extraído del diario ABC del pasado domingo.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Wargaming the Battle of Salamanca

A contribution for this Blog from my friend Michael Oliver, coauthor of the books NAPOLEONIC ARMY HANDBOOK (I and II) and THE BATTLE OF ALBUERA 1811, GLORIOUS FIELD OF GRIEF.

It's very good news to know they are wargaming the Battle of Salamanca at the Museum of the 44th (East Essex) Regiment of Foot in Chelmsford. 

I'm looking forward to receiving the pictures he is promising.

It has been some years since I enjoyed the company of Miguel-Ángel and his lovely wife, Chus, in Salamanca – my second home city. However, I am hoping to bring the absence to an end in a year or so when my colleague, Richard Partridge, and I pay our fourth visit to research the War of Independence battlefields for our forthcoming book “Battle Studies in the Peninsula” for Partizan Press.

I have had a pleasant reminder of a few years back, when Miguel came to the UK and we visited the museum of the 44th (East Essex) Regiment of Foot in my first home city of Chelmsford. Miguel had brought with him some artefacts from the Salamanca battlefield and the museum’s curator, Ian Hook, was very pleased to accept them on behalf of the museum. They now have a special place among the museum’s exhibits – including the French Eagle taken by the 44th at the battle of Salamanca.

It was, therefore, with considerable pleasure that I received a telephone call from Ian Hook asking if the Wargames club to which I belong would give a demonstration display of a wargame at the museum’s open weekend on 25th & 26th September. Ian remembers Miguel’s visit very clearly and asked me to wish him well. Called “Salute the Soldier”, the day will recall events related to the regiment’s involvement in conflicts and actions throughout the world including the taking of the eagle.

It did not take us long to decide what wargame to play it had to be the events of 22nd July 1812. The field of Salamanca is too large to cover on the table top but we shall show terrain related to where the historical capture of the eagle took place and re-create the events that led up to this event. I am hoping to have some photographs of the wargame and the open day which I will provide to Miguel for inclusion in the blog.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Las Águilas de Los Arapiles


Un águila constituía un preciado tesoro para cualquier regimiento que pudiera hacerse con uno de estos emblemas del ejército francés, entregados por el Emperador al primer batallón de cada uno de sus regimientos. La primera águila capturada por los británicos en la Guerra Peninsular fue arrebatada al regimiento 8º francés de infantería de línea en la Batalla de La Barrosa. La segunda fue encontrada  casualmente en el fondo del cauce de un riachuelo en 1811 y en la Batalla de Los Arapiles se capturaron otras dos, aunque no serían las últimas.

No existe ninguna duda al respecto de lo que ocurrió con una de las águilas de Los Arapiles, que fue capturada por el teniente William Pearce, del regimiento 44º de infantería británico, al regimiento 62º de infantería de línea francesa. Arriba podéis ver una ilustración de Bill Younghusband, contenida en el libro Salamanca 1812 de Ian Fletcher, que representa el momento en el que el teniente Pearce le arrebata el águila a un oficial francés que estaba intentando ocultarla bajo su capote.

Al respecto de la captura de la segunda águila, contamos con testimonios totalmente contradictorios.

El teniente John Garland, del segundo batallón del regimiento 30º de infantería británico, escribió desde París en junio de 1844:

Leyendo en su Gazette del día 15 una carta del coronel Greville asegurando que solamente se capturó un águila a los franceses en la Batalla de Salamanca y que esto fue obra del 44º regimiento, debo decir que es totalmente correcto. Pero es mi obligación informarle de que (...) otra águila cayó en poder de un oficial del regimiento 30º, integrado en la misma brigada (Pringle), que acompañó al oficial del 44º hasta el cuartel general del ejército británico, donde las águilas quedaron depositadas. Los nombres de los oficiales son teniente-coronel William Pearce, antiguo teniente del 44º y mayor John Pratt, que en paz descanse.

Por otro lado, el mayor Crookshank, al mando del 12º de Caçadores portugués, aseguró en el año 1818 que los portugueses habían capturado el águila del 22º de infantería de línea francés. Incluso afirma que él mismo se la entregó al general Pakenham, comandante en jefe de la Tercera División.

Para añadir aun más confusión al respecto de la captura de la segunda águila, contamos con otro testimonio, el del sargento Douglas, de los Royal Scots. En 1840 escribió en sus memorias:

Un poco antes del amanecer un soldado portugués de nuestra División se encontró un águila tirada sobre el suelo y la llevó hasta nuestras líneas para sorpresa de todos, ya que parece imposible que un gorrión pueda escapar cuando se ve atrapado entre dos fuegos. De esta águila se habló en un libro de anécdotas publicado hace algunos años, afirmando que había sido capturada por un oficial británico. Pero no es verdad. Fue tomada tal y como he contado anteriormente. Estaba tirada sobre el suelo, junto a un grupo de soldados muertos pertenecientes al regimiento al que pertenecía y que habían perecido bajo nuestro fuego. Allí quedó sin que nadie la viera hasta que se la encontró el soldado portugués. Lo que se hizo después con el águila no lo puedo decir, ya que tenía otras cosas a las que atender.

El caso es que tras la batalla hubo rumores al respecto de que varias águilas francesas se habían capturado en la Batalla de Salamanca.  Charles Boutflower, cirujano del regimiento 40º de infantería británico, nos cuenta en su diario:

La batalla del día 22 terminó con una absoluta victoria. Los franceses perdieron varios oficiales, cinco águilas, veinte piezas de artillería, gran cantidad de bagajes y unos 15.000 hombres.

Andrew Leith Hay, sobrino y edecán del general Leith, comandante en jefe de la Quinta División, escribió:

Como tuve que abandonar el campo de batalla a causa de mis heridas, no puedo dar muchos detalles al respecto de las operaciones llevadas a cabo por la Quinta División la noche de la batalla. Básicamente se dedicaron a la persecución del ejército enemigo, capturando a muchos soldados  y, como prueba de que lograron alcanzar el corazón del las tropas francesas,  puedo contar que el mayor Bermingham, del 15º portugués, una de las unidades integradas en la brigada del general Spry, fue visto montando su caballo exhibiendo un águila francesa que él mismo había arrebatado al enemigo en el combate cuerpo a cuerpo.

Si John Pratt hubiera estado vivo en el año 1844, cuando surgió la polémica al respecto de las águilas de Los Arapiles, nos podría haber contado su versión del asunto y no nos veríamos inmersos en este misterio. Pero sea cual sea la verdad del asunto, lo que sí sabemos con seguridad es que el águila del 22º de infantería francesa se puede admirar en la actualidad en Fulwood Barracks (Preston, condado de Lancashire) como parte de una exposición dedicada al Duke of Lancaster's Regiment. Esta águila se conservó en el Hospital de Chelsea hasta 1947, cuando se entregó al East Lancashire Regiment, heredero del regimiento 30º, lo que indica que en ese momento se reconoció su captura por parte del mayor Pratt.

El águila del 62º de infantería francés se encuentra depositada en el Essex Regimental Museum, en la ciudad de Chelmsford (Inglaterra), muy cerca del aeropuerto de Stansted, a donde se puede volar desde Valladolid y a menos de una hora en tren desde Londres.

martes, 14 de septiembre de 2010

Éirinn go Brách


Acabo de volver de pasar unos días en la Península de Dingle, condado de Kerry, Irlanda, una hermosísima tierra de la que salieron muchos soldados que combatieron bajo las órdenes de Wellington en la Península Ibérica. Es también el lugar en el que dieron con sus huesos algunos náufragos de nuestra Gran Armada en 1588, pero esa es otra historia. Pasar una noche en el Ned Natterjack's, el pub del pueblo de Castlegregory, hablando con los locales sobre las historias que les contaban sus abuelos sobre sus antepasados que combatieron en España ha sido una experiencia inolvidable. A partir de ahora, cuando suba a la cima del Arapil Grande, ya no veré solamente el ocre de la seca tierra castellana, sino también el verde esmeralda del monte Brandon.

Un cuarenta por ciento del ejército británico en la época de las guerras napoleónicas lo constituían soldados irlandeses, lo que no deja de resultar sorprendente dado el estado de rebelión frente a la corona británica en el que se encontraba Irlanda desde 1798. En una época de desorden político, intolerancia religiosa, represión y guerra en la Isla parece increíble que un irlandés católico estuviera dispuesto a servir en el ejército del rey Jorge III, pero el caso es que muchos lo hicieron. Miles de irlandeses completaron las filas de regimientos formados por ingleses y escoceses, pero también hubo  cinco regimientos, dos de caballería y tres de infantería, que se formaron en Irlanda con nombres que denotaban su identidad irlandesa, los cuales os listo a continuación: 
- 4th (or Royal Irish) Regiment of Dragoon Guards.
- 18th Regiment of Light Dragon (Hussars), algunas veces llamado King's Irish Hussars.
- 27th (or Enniskillen) Regiment of Foot. Batallones 1º, 2º y 3º.
- 87th (or the Prince of Wales's Irish) Regiment of Foot, desde 1811 conocido como The Prince of Wales's Own Irish. El 2º batallón.
- 88th (or Connaught Rangers) Regiment of Foot. Los batallones 1º y 2º.


Si tenéis la oportunidad, no dejéis de visitar la Península de Dingle, para mí uno de los lugares más bonitos y evocadores que conozco.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Monumento dedicado a Wellington en Dublín



El Monumento a Wellington en Dublín es el obelisco más alto de Europa, con 62 metros de altura, y está situado en la esquina sureste del Phoenix Park de Dublín, con vistas al río Liffey. La construcción del monumento se inició en 1817, pero pronto se detuvo debido a la falta de fondos. Se completó finalmente en 1861 de la mano del arquitecto Sir Robert Smirk, que había trabajado previamente en la Casa de la Moneda Real de Londres. Esta impresionante estructura de granito también cuenta con cuatro placas grabadas alrededor de la base, en conmemoración de las hazañas militares del Duque de Hierro.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Bienvenidos a la Realidad. Una Brecha en la Frontera







Tres cosas hay que para mí han merecido mucho la pena dentro de los actos conmemorativos del primer sitio de Ciudad Rodrigo que se han desarrollado hasta hoy.

La primera es la exposición "La Ciudad frente a Napoleón", de la que ya he dado cuenta en otras entradas de este Blog. Todavía no está disponible el catálogo de la exposición, pero estoy seguro de que la espera vendrá recompensada con creces por la gran calidad de este trabajo.

La segunda es la edición facsímil de la Relación Circunstanciada del Sitio de Ciudad Rodrigo del general Andrés Pérez de Herrasti.

La tercera es la representación teatral "Bienvenidos a la Realidad. Una Brecha en la Frontera", del autor irlandés Denis Rafter.

Por lo que se refiere al contenido histórico, agradezco al autor que haya tenido como libro de cabecera mi trabajo Ciudad Rodrigo 1810. El Desafío de Herrasti. Me hizo ilusión comprobar como los actores utilizaban párrafos de mi libro en sus declamaciones.

Los actores hacen un trabajo soberbio, muy profesionales y muy metidos en sus respectivos papeles.

El planteamiento de la obra es delicioso, una maravillosa mezcla de humor y emotividad que nos lleva al aborrecimiento de la guerra de manera magistral e incluso poética en algunos momentos, sobre todo en el último cuadro, el que se representa sobre la muralla.

Mis cuadros favoritos son "La Taberna del Pueblo", que se representa en el patio del Palacio Episcopal y que resulta sobrecogedor, y sobre todo el último, "La Letanía de las Guerras", una atemporal lucha entre el Amor y la Muerte representada en el mismo lugar en el que se produjeron horripilantes escenas de lucha entre ingleses y franceses en el asedio de 1812.

En septiembre la obra "Bienvenidos a la realidad" se representará los días 11 y 19, así que no os la perdáis.

Me despierto y veo la Isla de Córcega

El que viaje a Elba esperando encontrar una gran exposición dedicada a la figura de Napoleón se decepcionará, pero, aún así, os recomiendo fervientemente pasar unos días en este lugar tan privilegiado por la naturaleza y que además fue la residencia del Emperador durante unos meses.

Los pueblos del interior, las playas, la comida, los bosques, todo es excelente en esta Isla.

Una de las cosas que más placer me produjo durante mi estancia en Elba fue levantarme cada mañana y tener esta vista desde la ventana de mi habitación. Lo que se ve al fondo en el centro es la Isla de Córcega, la patria de los Buonaparte.

En la Isla de Elba






Este verano pasé parte de mis vacaciones en la mediterránea Isla de Elba, donde los ingleses mantuvieron prisionero a Napoleón desde mayo de 1814 hasta febrero de 1815, cuando el Emperador logró escapar para iniciar la Campaña de los Cien Días, que concluiría con la Batalla de Waterloo y un nuevo exilio, esta vez en la remota Isla de Santa Elena.

Las dos residencias de Napoleón en Elba, la Palazzina dei Mulini y la Villa San Martino, se pueden visitar, pero debo advertiros que, en mi opinión, las exposiciones que se guardan en estos dos edificios no merecen mucho la pena y que éstos no se conservan en muy buen estado.

No obstante, merece realmente la pena visitar la Isla de Elba, ya que es un verdadero paraíso natural. Además, resulta muy evocador subir las empinadas calles de Portoferraio, la capital, para llegarse hasta la Palazzina dei Mulini e imaginarse al Emperador en la terraza del edificio oteando el horizonte esperando un barco que lo devolviera a Francia para recuperar su trono.

La Villa San Martino, la residencia estival de Napoleón, se encuentra enclavada en un hermoso valle que el Emperador recorría a lomos de su caballo árabe Tauris y que ahora podemos recorrer en bicicleta de montaña.

La primera imagen es un grabado de 1814 con el título Journey to Elba Island que se exhibe en el museo la Palazzina dei Mulini.

La segunda imagen en la Palazzina dei Mulini, la residencia principal de Napoleón, situada en la parte más alta de la ciudad de Portoferraio.

La tercera imagen es una placa colocada a la entrada de la Palazzina dei Mulini.

La cuarta imagen es la entrada de la Villa San Martino, la residencia estival del Emperador.


martes, 10 de agosto de 2010

Napoleon's Army - Lucien Rousselot


La editorial Andrea Press acaba de sacar a la venta un libro conteniendo todas las ilustraciones de Lucien Rousselot dedicadas al ejército de Napoleón.

Creo que es una buena oportunidad, sobre todo porque el precio es de tan solo 60 euros, algo que no es habitual en un libro de las características y el contenido que tiene éste.

Aunque he trabajado para esta editorial en el pasado, no he tenido nada que ver con la edición de este libro, así que por eso me atrevo a recomendarlo fervientemente.

Hay edición con textos en inglés y edición con textos en francés.

http://www.andrea-miniatures.com/market/AspsProductos/Detalle.asp?IdProductoDetalle=1510

domingo, 8 de agosto de 2010

Distant view of Ciudad Rodrigo with guerrillas in the foreground


Una imagen dedicada a Ciudad Rodrigo durante la Guerra de la Independencia que no había visto hasta hoy.
Es de Thomas St. Clair.

jueves, 1 de julio de 2010

Cuartel General de Wellington en Freineda

De nuevo, y con permiso de Miguel, vuelvo a escribir en su blog.

La semana pasada estuve visitando la localidad de Freineda, sitio en el cual, como todos conocéis, Wellington pasó los inviernos de los años 1811/12 y del 1812/13.
La visita al Cuartel General fue breve pero intensa. Me llevé una grata sorpresa al comprobar el tratamiento que dan los vecinos portugueses al tema napoleónico. Un monumento junto a la casa que habitó el Duque, una placa conmemorativa, una señalización correcta del lugar... en fin, que quizás deberíamos tomar nota...
Os adjunto unas fotos tomadas con el móvil:












martes, 8 de junio de 2010

La isla de Elba

Cuando Napoleón abdicó el 6 de abril de 1814 y fue trasladado en un navío británico a la isla de Elba, no le quedó más remedio que dejar que su Imperio fuera gestionado por aquellos que lo habían derrocado: Austria, Prusia, Rusia y Gran Bretaña. Eran los "cuatro grandes". Otros países, entre los que destacaban España, Portugal y Suecia habían también contribuido en gran medida a su caída, así que también fueron firmantes del Tratado de París del 30 de mayo de 1814. En París se decidió que los detalles del reparto del imperio francés se tratarían en un Congreso que se celebraría en Viena en noviembre de ese año.

Napoleón recibió el principado de la isla de Elba el 4 de mayo de 1814. Allí fue el dueño y señor hasta el 26 de febrero de 1815, día de su huída en el buque Inconstant. Así se iniciaría su última campaña, la que terminaría con la derrota en Waterloo y con el destierro y la muerte en la remota isla de Santa Helena.

domingo, 6 de junio de 2010

Ruta de los Sitios de Ciudad Rodrigo



A todos aquellos que visitéis Ciudad Rodrigo quizá os pueda resultar de utilidad estas páginas contenidas en el cuadernillo "Ciudad Rodrigo Sitio Napoleónico".

Melgar de Abajo, 3 de marzo de 1813


Roberto Baeza, amable lector de este blog, me ha enviado una foto de un cuadro que ha localizado en la Iglesia del Salvador de la localidad vallisoletana de Melgar de Abajo. Representa el ataque del 47º de infantería y del 25º de Dragones franceses contra cuatrocientos hombres de la partida guerrillera de Benito Marquínez en Melgar de Abajo, el 3 de marzo de 1813. Los franceses entraron en el pueblo a las dos de la mañana infligiendo una total derrota a los españoles, dejando las calles cubiertas de cadáveres y capturando 142 caballos y 74 hombres.

La leyenda del cuadro reza lo siguiente:

Agustín Pablos Vº, de Melgar de Abajo, fue perseguido de una partida de Dragones franceses en el día 3 de Marzo del año de 1813. Quienes después de haberle atropellado con sus caballos, uno de los soldados con la espada le atravesó un brazo e hirió el vientre, en cuyo lance hubiera muerto, si la Virgen del Castillo, a quien él se ofreció de veras, no le hubiera libertado.

Gran trabajo, Roberto, muchas gracias, una tabla que supongo que tiene poco valor artístico pero muy interesante desde el punto de vista histórico. Ahora tenemos que intentar averiguar si la obra está fechada y firmada.

Soy un ignorante absoluto en cuestiones de arte, pero el cuadro bien podría tener casi doscientos años, y lo cierto es que los Dragones están perfectamente representados con su uniforme verde, su casco con cola de caballo y el resto del equipo.


miércoles, 2 de junio de 2010

La Guerra de la Independencia en el Valle del Duero: los asedios de Ciudad Rodrigo y Almeida


Ya os puedo facilitar parte del programa del congreso "La Guerra de la Independencia en el Valle del Duero: los asedios de Ciudad Rodrigo y Almeida", que se celebrará entre el 5 y el 8 de octubre de 2010.

La jornada del 7 de octubre se celebrará en Almeida (Portugal) y el resto en Ciudad Rodrigo.

Más información en:

http://www.ubu.es/congresovalleduero

Martes 5 de octubre

9:30 Recepción de los participantes.

10:00 Presentación del congreso.

10:30 Emilio de Diego García - El Valle del Duero: eje estratégico de primer orden en la Guerra contra Napoleón al sur de los Pirineos.

11:00 Charles Esdaile - Wellington a las puertas: la guerra peninsular en el balance de 1811 - 1812.

12:30 Miguel Ángel Martín Mas - Don Julián Sánchez "El Charro": hazañas y miserias de la lucha guerrillera.

13:00 António Pedro Vicente - Errores de Masséna en sus incursiones en España y Portugal.

16:30 Tomás Pérez Delgado - La guerra después de la batalla: deportación y oficiales aliados.

17:00 Luis Oliveira Ramos - Analogías y diferencias entre Portugal y España después de 1810.

18:30 Visita guiada a Ciudad Rodrigo.

20:00 Ricardo García Cárcel - La memoria de los testigos y la memoria de los historiadores en la Guerra de la Independencia.

Miércoles 6 de octubre

10:00 Donald Horward - Masséna: Siege warfare and the siege of Ciudad Rodrigo.

10:30 David Gates: Britain's strategy in the Iberian Peninsula.

12:00 Agustín Guimerá Ravina - Los sitios en la Guerra Peninsular.

12:30 Francisco Ribeiro Da Silva - El pacto de familia en las relaciones luso-británicas.

16:30 Enrique Martínez Ruíz - Ciudad Rodrigo: actividad política y preparación defensiva.

17:00 Antonio Moliner Prada - Las Juntas Provinciales castellanas: el levantamiento y la formación de la Junta Provincial de Soria.

18:30 Gerard Dufour - Reacción y evolución de Napoleón frente a la imprevista coalición España-Portugal-Gran Bretaña.

19:00 Emilia La Parra López - El exilio de Fernando VII. Reacciones europeas.

20:00 Visita guiada a la exposición "La Ciudad frente a Napoleón".

Jueves 7 de octubre

10:30 Alexandre María de Castro de Sousa Pinto - A Batalha do Côa em 24 de Julho de 1810.

11:00 Gabriela Gândara Terenas - O cerco de Almeida em narrativas Portuguesas e Britânicas da Guerra Peninsular.

12:30 Bertha María Gutierrez Rodilla - Cuando al perro flaco todo se le vuelven pulgas: heridas de guerra y sanidad militar durante la Guerra de la Independencia.

13:00 Teresa Caillaux de Almeida - Anda María que já abalaram os franceses!: la expresión oral y pictórica del pueblo portugués sobre las campañas napoleónicas.

17:00 Visita guiada a Almeida.

Viernes 8 de octubre

10:00 Ángel de Luis Calabuig - La pervivencia de las fortificaciones mirobrigenses, legado histórico excepcional.

10:30 Françesc Pintado i Simó - El armamento utilizado por las tropas imperiales en el asedio de Ciudad Rodrigo.

11:00 José Ramón Cid Cebrián - La Guerra de la Independencia en la música tradicional salmantina.

12:30 Jean René Aymes - Mariscales y generales franceses. Ciudad Rodrigo y Almeida en las memorias de Masséna, Soult y Marcel.

martes, 25 de mayo de 2010

La Ciudad frente a Napoleón - Bicentenario del Sitio de Ciudad Rodrigo



Del 22 de mayo al 12 de diciembre de 2010
Ciudad Rodrigo - Palacio de Los Águila
De lunes a domingo: de 10:30 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:30

domingo, 23 de mayo de 2010

Andrés Pérez de Herrasti, gobernador de la plaza de Ciudad Rodrigo

Andrés Pérez de Herrasti (1750-1818)

Andrés Víctor José Miguel Pérez de Herrasti Viedma y Aróstegui Pérez del Pulgar Fernández de Córdoba, descendiente de dos de las más ilustres y principales familias de la aristocracia andaluza, nació en Granada el día 6 de marzo de 1750. Por vía paterna, entre sus más remotos antepasados se encontraba Domingo Pérez de Herrasti –perteneciente a la antiquísima casa de Herrasti en Azcoitia (Guipúzcoa)– que fue uno de los caballeros que acompañaron a los Reyes Católicos en la conquista de Granada, obteniendo como premio un señorío en esas tierras: el del pueblo y campos de Baralaira, que recibirían el nuevo nombre de Señorío de Domingo Pérez y que se convertirían en su nuevo hogar. Por vía materna, descendía también de otro capitán de los Reyes Católicos, el afamado Hernán Pérez del Pulgar, conocido como «el de las Grandes Hazañas». Con estos antecedentes de heroísmo militar y de nobleza, repetidos de una forma u otra generación tras generación, no es extraño que el joven Andrés ingresara en el ejército en el año de 1762, a la temprana edad de doce años, concretamente como cadete del Regimiento Provincial de Granada. Dos años después entró como cadete en el Regimiento de Reales Guardias Españolas, unidad en el seno de la cual pasaría por todos los empleos y grados que consignamos a continuación: Alférez (1776), Alférez de Granaderos (1777), 2.º Teniente de Fusileros (1779), 2.º Teniente de Granaderos (1783), 1.er Teniente de Fusileros (1785), 1.er Teniente de Granaderos (1791), Coronel (1791), Capitán (1793), Brigadier (1795) y Mariscal de Campo (1809). En su hoja de servicios aparece un escueto informe sobre su persona: «Valor, acreditado; aplicación, bastante; capacidad, bastante; conducta, buena; estado, casado. Este oficial está en estado de continuar, es casado, bizarro y a propósito para el mando». Siempre en tan alta estima, Herrasti sirvió en el ejército español durante cincuenta y dos años, hasta su muerte, que le sobrevino en 1818, ostentando el grado de Teniente General y el empleo de Gobernador Civil y Militar de Barcelona – honores concedidos en el año 1814, tras su vuelta del cautiverio en Francia–.

Herrasti participó, además, en las principales campañas y en algunas de las más memorables acciones llevadas a cabo durante los años anteriores a la Guerra de la Independencia. En el año 1775 participó en la expedición que Carlos III envió a Argel en contra de las tropas del emperador de Marruecos y de los piratas que operaban desde ese puerto, operación que terminó en un auténtico desastre para los españoles, con más de mil quinientos muertos y unos tres mil heridos, entre ellos el protagonista de esta semblanza; en el bloqueo y sitio de Gibraltar desde el primero de septiembre de 1779 hasta que se concluyó sin éxito; en el sitio de Orán desde el 28 de mayo de 1791 hasta su evacuación y abandono; en la guerra contra Francia, entrando en el Rosellón con las primeras tropas en abril de 1793 y cayendo prisionero en mayo del año siguiente, durante la precipitada retirada española ante el ataque del general Dugommier; en la Guerra de las Naranjas contra Portugal, tomando parte muy primordial en la ocupación del lugar de Jarde, en la toma de la plaza de Villaviciosa y en otras muchas acciones.

Pero fue la Guerra de la Independencia la que marcó el triste destino de Herrasti, le convirtió en un personaje para la historia y le ofreció la oportunidad de demostrar su pundonor de militar hasta el límite de sus fuerzas y de su deber. El 17 de marzo de 1808, el por entonces brigadier Pérez de Herrasti, en ese momento destinado al frente del 1.er Batallón del Regimiento de Reales Guardias Españolas –que se encontraba acantonado en Vicálvaro– recibió la orden del coronel del Regimiento, el duque del Infantado –un fiel fernandino y, por lo tanto, enemigo acérrimo de Godoy– de asaltar el palacio del valido en Aranjuez y proceder a su captura. Este episodio provocó la abdicación del rey Carlos y el acceso al trono de Fernando aunque, como es bien sabido, el asunto no acabó ahí, sino con Napoleón interviniendo como árbitro del litigio entre el monarca y el heredero. De este modo, atrayendo con artimañas a padre e hijo a territorio francés –con la excusa de celebrar una reunión para solventar el problema de la legalidad de la abdicación de Carlos– Napoleón secuestró a la familia real española y desplegó sus tropas por España con el objetivo de lograr un cambio de dinastía –de los Borbones a los Bonaparte–, algo que hacía tiempo que ansiaba el Emperador. Herrasti, sin saberlo, se había convertido, con su intervención en Aranjuez, en uno de los personajes que pusieron en marcha el mecanismo de la guerra que asolaría España durante casi seis años. Poco tiempo después habría de pagar, con la humillación y el cautiverio, su participación en esa lamentable lucha por el poder que terminaría convirtiendo a España en un campo de batalla sobre el que Francia y Gran Bretaña dirimirían quién iba a ser la primera potencia mundial del siglo XIX. Mientras tanto, el pueblo español luchaba por un rey, Fernando VII, que, a su vuelta en 1814, terminó demostrando que más habría valido aceptar de buen grado el cambio dinástico impuesto por Napoleón.

El día 2 de mayo, el brigadier Pérez de Herrasti puso a su batallón y demás tropas de la comarca, así como a varios pueblos, sobre las armas para socorrer Madrid, sublevado contra los imperiales. El auxilio no se hizo efectivo, ya que desde instancias superiores se recibió la orden de no intervenir en los sucesos de la capital. Desesperado por luchar contra el invasor, Herrasti marchó, con su batallón de Reales Guardias Españolas y el Ejército del Centro al mando del general Castaños, a La Rioja, hallándose en todas las diferentes posiciones que allí se tomaron: socorro de Lodosa, expedición de Autol y apostadero de Ausajo, hasta la batalla de Tudela, librada el 23 de noviembre de 1808, debacle española tras la cual el Ejército del Centro inició una penosa retirada hacia el sur, en busca de nuevas órdenes por parte de la Junta Central –en ese momento también en plena huída y por lo tanto difícil de localizar–. Durante esa retirada, Herrasti tendría ocasión de destacarse en la acción de Tarancón (Cuenca) del 25 de diciembre, en la que rechazó, por dos veces, con trescientos hombres de su batallón, a una fuerza de caballería compuesta por ochocientos Dragones de la Brigada del general Perreimond. El valor y la tenacidad demostrados en este combate le valieron el ascenso a mariscal de campo –aunque quizá este fulgurante ascenso fuera más bien una recompensa por su actuación en favor de Fernando VII en Aranjuez– y el empleo como Comandante General del Cantón de Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real). Tras unos pocos meses, ya iniciado el año de 1809, fue llamado a Sevilla –la nueva sede de la Junta Central Gubernativa del Reino– que le destinó, el 15 de marzo de 1809, al Ejército de la Izquierda, que en ese momento se encontraba al mando del teniente general Marqués de la Romana. El lugar donde debía incorporarse a su nuevo empleo era Gijón, ciudad a la que, al estar el centro y el norte peninsular ocupados por los imperiales, solamente podía llegar por mar. El día 19 salió del puerto de Cádiz acompañado por su nuevo edecán, el por entonces teniente Joaquín de Zayas. La travesía transcurrió tranquila hasta que, habiendo ya llegado a aguas del Cabo de Peña el día 20 de mayo, y a menos de una jornada del puerto de Gijón, se cruzaron con un bergantín cuyo capitán les advirtió de que la ciudad asturiana había caído en poder de los franceses. El día 17 de junio de 1809, un desesperado y agotado Herrasti estaba de vuelta en Cádiz, tras treinta días de penosa navegación bajo terribles borrascas, y sin haber podido incorporarse a su destino. Ansioso por entrar en combate, Herrasti solicitó un nuevo destino en el Ejército de Aragón, comandado por el general Blake y, si esto no era posible, al de Extremadura, con el general Gregorio García de la Cuesta al frente. Ninguno de los dos destinos le fue otorgado. Fue enviado de nuevo al Ejército de la Izquierda, ahora al mando del Duque del Parque, con el que combatió en la batalla de Tamames (Salamanca), librada el 18 de octubre de 1809, y que se saldó con una victoria de los españoles. Apenas un par de días después, Herrasti recibió el empleo que le enfrentaría a dos de los más afamados mariscales del Imperio, Masséna y Ney, y que le consagraría como héroe olvidado de la Guerra de la Independencia: gobernador militar de la cercana plaza de Ciudad Rodrigo, convertida en uno de los focos de resistencia más importantes al constituirse como sede de la Junta Superior de Castilla la Vieja, de la cual Herrasti sería presidente.

El 10 de julio de 1810, tras un asedio de dos meses y medio, Herrasti, un militar que ha de pasar a la historia por su aprecio por la vida humana, supo rendir la plaza de la que era gobernador en el momento preciso, sin faltar en absoluto a su deber como soldado, para así evitar una matanza por parte de los imperiales como represalia. Dos días después de la capitulación, Herrasti marchaba al cautiverio en Francia junto a toda su guarnición.

Como los demás deportados españoles, Herrasti recuperó su libertad en 1814, tras la abdicación de Napoleón. Un decreto del Gobierno Provisional de Luis XVIII dispuso que «para poner fin al flagelo de la guerra y reparar en lo posible sus terribles resultados, todos los prisioneros de guerra serán puestos a disposición de sus potencias respectivas». En un lamentable estado físico y moral, Herrasti aún tuvo que enfrentarse en Madrid al Consejo de Guerra de Purificación, que afortunadamente no encontró en él el más mínimo atisbo de traición a los Borbones y que determinó su limpieza y le recomendó para ser empleado por el rey «en el destino y clase que tenga S.M. a bien». El rey tuvo a bien ascenderle a teniente general el 28 de julio del año 1814 con la antigüedad del día de la rendición de la plaza de Ciudad Rodrigo; es decir, el 10 de julio de 1810. Ese mismo año le llegaría la concesión de la condecoración de la Orden de Lis por parte del restaurado rey francés Luis XVIII «para acreditar su adhesión a la causa de los Borbones» y en 1816 el nombramiento de caballero de la Gran Cruz Laureada de San Fernando, que luce con todos sus atributos en el retrato con uniforme de teniente general que se exhibe en el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo. Pero, en lugar de tantas distinciones, mejor habría sido que se le hubiera concedido un destino más adecuado a su estado de salud. En el mismo año de su ascenso a teniente general, Fernando VII, obviando los problemas de Herrasti, le envió a Barcelona como gobernador militar y político, ciudad donde el clima húmedo agravaría su dolencia reumática. Hasta la capital catalana se trasladaría Herrasti con la que era su esposa desde el año 1792 –la también noble María Antonia de Luca y Timmermans– y allí moriría el día 24 de enero de 1818, tras una vida enteramente dedicada a la milicia y tras emplear sus últimos años en emprender esenciales mejoras urbanísticas en la ciudad de Barcelona, tales como la construcción del primer cementerio extramuros.

Esta semblanza está extraída de mi libro Ciudad Rodrigo 1810. El Desafío de Herrasti, publicado por la editorial Almena en 2007.