martes, 12 de mayo de 2009

Tomás Hijo y Martín Mas retratan para los niños las guerras napoleónicas



Dos formas muy diferentes de ver el mismo suceso: la invasión napoleónica de España, con dos cuentos que se superponen al estilo de la novela infantil editada en Alemania. Tomás Hijo y Miguel Ángel Martín Mas arrancan con "El cepillo de lord Wellington" y "Los tres cruasanes del emperador" (respectivamente) un retrato diferente de una época demasiado olvidada.
L. C. TRIBUNA DE SALAMANCA

Cuentos de Salamanca en tiempos de Napoleón (tirada de 1.500 ejemplares a 12 euros, en la Feria del Libro) rescata y revisa un tiempo que, como dijo Tomás Hijo, “da para muchos temas literarios”. Hijo se encargó igualmente de diseñar las ilustraciones del libro con dos inicios: cada cuento arranca delante y detrás y se unen en una ilustración central.

Tomás Hijo apuntó que el trabajo lo iniciaron hace un año y reconoció que supuso para ellos un proyecto en el que depositaron su “ilusión, ganas y entusiasmo”, al tiempo que explicó que las ilustraciones que acompañan el relato están hechas de forma artesanal. Su cuento narra la historia de la guerra a través de varios niños y de sus vivencias en batallas como las de Arapiles .

Otra visión de la guerra
Miguel Ángel Martín destacó que la idea para "Los tres cruasanes del emperador" parte de sus recuerdos de niño en el campo de batalla de Los Arapiles. Interesado en esa época concreta y con varios libros sobre el tema en su haber, explicó que su texto comienza con “una caricatura de Napoleón, en la que se le dibuja como alguien borracho de poder”, algo que “quizá no estuviera muy lejos del Napoleón real de 1808”.

El protagonista es otro niño, de diez años, que acompaña a su padre en el viaje por España porque el emperador quiere hacer desayunar a todos al estilo francés. De ahí el apunte de los tres bollos gálicos que tanta gente desayuna hoy en día, a pesar de Napoleón y su guerra.

En el fondo de ambos textos subyace el horror de la guerra y cómo una visión infantil puede convertir cualquier tema en interesante. Ambos destacaron que el público perfecto debería tener algo más de diez años, de forma que se pudiera entender realmente una época que quedó retratada en las palabras de Martín Mas al despedirse. Se basó en un libro de Gabriel Chevallier, titulado El miedo, en el que cargaba contra el militarismo y el necio sentido de la disciplina durante las trincheras de 1914, con frases como “la destrucción se la merecen los hombres por su estupidez y necedad”.

Al acto de presentación también acudió el alcalde de la ciudad, Julián Lanzarote, quien recordó que en la provincia se libraron algunas de las batallas “más importantes” de esta época y explicó que como consecuencia de ellas, se destruyó un tercio de los edificios históricos de la ciudad. Sin embargo, relató que Cuentos de Salamanca en tiempos de Napoleón pretende servir como “motivación” para conocer estos hechos y para ahondar en la vinculación de Salamanca con personajes como Napoleón o Lord Wellington.

Por último, opinó que ésta es “una obra para compartir” y señaló que ofrece “una lección sobre como los niños en contextos de guerra tienen mucho más sentido común que los mayores”.

3 comentarios:

  1. No tengo niños, pero los "Cuentos de Salamanca en tiempos de Napoleón" ya tienen reservado un lugar privilegiado en mi casa. Estarán al lado de una novela escrita en los años noventa, en este caso para mayores, cuyo argumento también se centra en la Salamanca ocupada por los franceses. Su autor es Luciano González Egido y su título "El cuarzo rojo de Salamanca".

    José Marcos (Salamanca)

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  2. Anotada tengo esa novela desde hace mucho tiempo Jose,pero supongo que la prioridad dada a otras obras ha hecho que fuera postponiendo la adquisición de ésta.A buen seguro que en el futuro daré cuenta de ella.No va a suceder lo mismo con las obras de Miguel que ya las tengo encargadas.Un cordial saludo
    Felipe Castro.(Salamanca)

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  3. Estimado Felipe Castro, antes de leer la densa pero excelente novela de Luciano G. Egido, pienso que es aconsejable consultar obras de divulgación que contextualicen al lector en los hechos realmente acaecidos en Salamanca y su provincia durante la Guerra de la Independencia. Para ello no vienen nada mal algunas de las obras que yo ya he tenido el placer de leer de Miguel Angel Martín Mas, como por ejemplo "Los guerrilleros 1808-14.La pesadilla española de Napoleón", "Los Arapiles 1812. La Campaña de Salamanca", "Ciudad Rodrigo 1810. El desafío de Herrasti" o la traducción de la obra de Donald Horward "Napoleón y la Península Ibérica. Los asedios de Ciudad Rodrigo y Almeida. 1810". Esta última, siendo una obra descriptiva de los hechos que condujeron a las tomas por los franceses de Ciudad Rodrigo y Almeida y, a pesar de conocerse de antemano el resultado final, te aseguro que se lee con una enorme intriga que te hará disfrutar muchísimo, y más teniendo en cuenta, como deduzco de alguna de tus otras entradas en este blog, que tienes relación con otro pueblo de frontera como Pereña, no demasiado lejano de los lugares en que se desarrollan las acciones de la referida obra. También, como complemento perfecto a la novela de Egido, sería conveniente leer la obra de Joaquín Zaonero titulada "Libro de noticias de Salamanca. Que empieza a regir el año de 1796".
    Del mismo modo que tú, tal y como has dejado reflejado en otra entrada, yo también colecciono recortes de prensa referidos a la Guerra de la Independencia. Lo hago desde el año 1989. Fue a través de esta pequeña afición como empecé a tener noticias de la figura de Miguel Angel Martín, quien, de igual manera a como yo me cuelo en su blog, también él se ha colado en mi pequeña hemeroteca con todos los honores.
    Por otra parte, Felipe, compruebo que escribes desde Baracaldo. Aquí, en la provincia de Salamanca, tenemos la fortuna de vivir junto a muchos de los escenarios testigos de grandes batallas y múltiples combates acaecidos durante lo que los antiguos llaman "Francesada". Pero tú no desesperes en Baracaldo porque, a pesar de ser una ciudad tan moderna, siempre en continua evolución, que constantemente mira al futuro y al progreso y que, por ende, ha descuidado un tanto estudiar su pasado más de lo que debiera, y piensa, si alguna vez vas a hacer deporte al polideportivo de Gorostiza, bebiendo antes si puede ser en la fuente de hierro, que muy cerca de ese lugar se conserva un caserío muy relacionado con el general Castaños, el triunfador de Bailén, quien si bien nació en Madrid, sus antecedentes familiares radican ese caserío, que aún conserva el blasón. Del mismo modo, si alguna vez te toca subir andando por la empinada cuesta que une el barrio de Bagaza con la plaza de San Vicente, lo mejor que puedes hacer es coger fuerzas en otra fuente, la que tiene inscrita la fecha 1888 y, cuando hayas descansado, alzar la vista para admirar la silueta de una de las pocas grandes edificaciones con mucha antigüedad que se conservan en Baracaldo, la iglesia de San Vicente, que aparte de servir unos excelentes pollos asados en el merendero situado en su parte trasera, goza del "honor" de haber servido de cuartel a las tropas francesas que ocuparon esa zona de Vizcaya durante la Guerra de la Independencia. Quizás ya conocieras esos detalles, pero no está de más recordarlos en estas líneas para que compruebes que no estás en Baracaldo tan lejos de las huellas napoleónicas.

    Jose Marcos.

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